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Qué es la sílice y los riesgos para la salud

La sílice o dióxido de silicio (SiO2) es un componente común que se encuentra muy presente en la tierra y muchos minerales como la mica o el cuarzo.

Gracias a sus propiedades, la sílice es utilizada en sectores industriales tan importantes como la construcción al ser un componente necesario en la fabricación de hormigón, cementos o ladrillos. Su alta conductividad es otra de las características que hacen de la sílice un componente que resulta imprescindible para la producción en muchas otros sectores.

El inconveniente lo encontramos cuando se produce una exposición continua a la sílice por parte de los profesionales que trabajan en estos sectores ya que tiene efectos muy negativos para la salud, como el desarrollo de silicosis, problemas gastrointestinales, cáncer de pulmón o infecciones pulmonares. Por ello, es importante eliminarlo del ambiente mediante equipos con capacidad de aspiración en el origen. De esta forma, reducimos la probabilidad de que los trabajadores lo inhalen, evitando así la aparición de futuras enfermedades.

¿Dónde se encuentra la sílice?

Como hemos mencionado anteriormente, la sílice es un elemento muy común en la tierra, ya que se encuentra en la arena y gran parte de los minerales.

La sílice se presenta en dos formas: amorfa y cristalina, siendo esta última la predominante en los minerales más utilizados en la industria, tales como: mármol, la pizarra, piedra caliza, gravilla, granito, cuarcita o silex, entre otros.

El uso de la sílice está extendido a muchas industrias como:

  • Industria de la fundición
  • Industria siderometalúrgica
  • Industria del vidrio
  • Industria de minerales industriales y minerales metálicos
  • Industria del cemento
  • Industria de la piedra natural
  • Industria del mortero
  • Industria del hormigón prefabricado

Dado el gran número de sectores profesionales en los que se trabaja con la sílice, muchos trabajadores están en contacto permanente con ella en tareas como triturar, cortar, tallar o moler. Es durante estos trabajos cuando se liberan partículas microscópicas al ambiente que son nocivas para la salud al ser inhaladas y depositadas en los pulmones. Si la exposición se prolonga durante mucho tiempo, hay riesgo de padecer silicosis, cáncer de pulmón e incluso tuberculosis.

Los peligros de la sílice

Una de las afecciones más temidas cuando se trabaja con la sílice es la silicosis, enfermedad que se produce por una exposición prolongada: las partículas entran en los pulmones y, al no poder ser asimiladas por el cuerpo, se depositan inflamando el tejido y produciendo fibrosis que dificulta la respiración.

La silicosis no tiene cura.

Una persona puede sospechar que padece esta enfermedad si después de un periodo prolongado nota los siguientes síntomas.

  • Dificultad respiratoria.
  • Debilidad general.
  • Tos fuerte.
  • Pérdida de peso.
  • Sudores nocturnos.
  • Dolores en el pecho.
  • Insuficiencia respiratoria.

Existen 3 tipos de silicosis según su gravedad. La primera es la silicosis crónica y se desarrolla 20 años después de haber estado expuesto a concentraciones moderadas y bajas de sílice. Es la más común.

La segunda es la aguda y ocurre cuando el trabajador ha estado expuesto a concentraciones muy altas durante meses o años. Los pacientes presentan en poco tiempo una insuficiencia respiratoria grave.

La última es la silicosis acelerada y es una forma clínica a mitad entre las dos anteriores. Suele aparecer entre 5 y 10 años después de la exposición a concentraciones de sílice elevadas.

Otras enfermedades que las personas que trabajan cerca de la sílice tienen más probabilidades de padecer son el cáncer de pulmón y la tuberculosis. Por eso, se recomienda que estos trabajadores no fumen, para evitar así aumentar la inflamación de su sistema respiratorio.

Cómo prevenir la silicosis

Para desarrollar la silicosis los trabajadores deben aspirar durante años la sílice en sus puestos de trabajos, por lo que hay que eliminarla del ambiente. Una de las maneras más eficaces y sencillas es a través de aspiración de polvo en el origen, con colectores conectados a las herramientas para almacenar la sílice durante el trabajo.

Otra medida efectiva para evitar la inhalación de la sílice es mediante la aspiración de polvo con brazos articulados que permiten alcanzar el foco de emisión desde donde se producen las partículas microscópicas.

En Barin somos líderes en ofrecer equipos de aspiración en el origen para los sectores industriales donde existe riesgo de inhalación de partículas nocivas para la salud.

Si necesitas información sobre nuestros equipos de aspiración, contáctanos sin compromiso y nuestros profesionales resolverán todas tus dudas.

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