27 de septiembre de 2022
¿Cómo puedo conseguir mantener limpio de polvo en suspensión el espacio de trabajo en el sector industrial?
¿Somos conscientes de que, si nuestro puesto de trabajo está ordenado y limpio, trabajamos más centrados, más contentos y somos más eficaces en el desempeño de nuestra función? Exactamente lo mismo sucede si, cuando trabajo, estoy respirando aire limpio.
Nuestra actividad puede generar multitud de contaminantes en forma de vapores, humos, gases y... ¡de polvo!!
¿Nos imaginamos trabajar 8 horas diarias “acompañados” por una espesa niebla de polvo que nos rodea y que nos impide respirar bien e incluso ver correctamente lo que hago? No suena muy bien, ¿verdad?
¿Qué entendemos por polvo?
Muy sencillo: son partículas sólidas en el ambiente. Cuanto más pequeñas sean estas partículas, más peligroso y dañino es para nuestra salud porque es inhalado por el trabajador y quedará sujeto en el tracto respiratorio y es muy posible que no pueda ser exhalado.
El polvo provocará - inicialmente - en nuestro sistema respiratorio irritación, tos y, si la exposición es continuada, múltiples y peligrosísimas enfermedades pulmonares.
Y, además, este polvo no solo afecta a la persona que está trabajando en su puesto en concreto sino también será respirado por los compañeros que operan cerca o a los que realizan sus funciones en oficinas. Incluso aquellas personas que tienen que ir puntualmente al taller o al centro de producción.
La solución perfecta: capturar el contaminante antes de que salga al ambiente con aspiración localizada en la herramienta.
“No hay polvo porque no lo dejo salir”.
Pero si no hemos podido capturar ese polvo, éste quedará en suspensión inicialmente en el aire y, luego, se irá depositando en paredes, suelos, máquinas, herramientas y, por supuesto, en nuestra propia ropa de trabajo.
¿Qué podemos hacer para eliminarlo?
Una opción que, por desgracia es bastante común, es – sencillamente - dejarlo en donde caiga y, cada cierto tiempo, recogerlo. En mesas, máquinas o bancos de trabajo podemos, por ejemplo, moverlo con la mano o un cepillo y echarlo al suelo o a una bolsa.
Si está en nuestras ropas directamente solemos sacudírnoslo y ¡al suelo! Podemos soplarlo para que se “suelte” de equipos, paredes, techos, mobiliario e incluso de nuestra ropa para que caiga y otra vez al suelo.
Y una vez en el suelo, ¿qué hago? Pues lo barro. ¿Y qué consigo barriendo o soplando? Pues levanto otra vez todo el polvo que vuelve a quedar en suspensión y que luego se depositará de nuevo en el suelo, máquinas, herramientas, ropa…
Por tanto, ¡nunca barremos o soplemos el polvo!
La solución: aspiremos y filtremos.
Así, el polvo desaparece.
Ponemos a disposición de nuestros clientes una extensa gama de Aspiradores Portátiles o Centralizados para capturar el polvo antes de que salga al ambiente de trabajo y, por supuesto, para filtrarlo con total garantía.
Una completa gama de Colectores diseñados para acoplar a cada tipo de herramienta que garantiza la captura del polvo antes de que salga al exterior.
En Barin…¡nos preocupa el aire que respiras!